miércoles, 10 de diciembre de 2014

nicolas gomez



BULLA

Bulla la saeta en medio del aire nocturno.
Cara`û, paca'â, es el eco que injerta.
Una imagen es el cielo en-nubecido
y la selva corpulenta que se alza sobre tanto elemento.
Adormecidos. Adormilados.
Hamaca la brisa el canto nocturno y los aleteos perezosos.
El espejo de no saber si es cielo o es agua este reflejo.
Y la noche cómplice disimulando a fuego lento lo que sabe.
Embota y rebota la neurona agradecida.
Y soy agua, selva, canto, ave nocturna demorada,
retardada de todo lo que se ya ha perdido.
El latido adormilado.
Letargo caraunezco y pacaazeño de cantar
en la noche atrasada desde el tiempo
 y que profunda fantasea en lo suyo.

La perrada y su gritería
interrumpe todo en un momento.
Pero los alaridos en la cinta lejana del monte
alzan su todo tono y solo eso queda.
De pronto el silencio zigzaguea
cuando pasa la espalda de Dios y todo cesa.


Las luces ya me enseñan sus caras
y todo vuelve en un sueño a ser distancia.
Y tañe. Y tiemblo.
Y suave. Siento.
Y Siento.
Y pesa.
Tanta bulla “lenta”. 







DESIERTO VERDE

Este es un desierto verde.
Un lugar donde los arboles pierden su derecho
y en su lugar crecen otros árboles, de otra galaxia.
Todos en línea pulcra y cuadrantes perfectos.
Este es un desierto verde.
Un lugar de silencio y mutismo
donde los que no son, replican células y más células,
y sólo los transgénicos respiran.
¿Respiran?
Este es un desierto verde.
Un sitio que parece de este plano,
pero no lo es.
No hay pájaros, no hay hormigas, no hay gusanos,
No hay plumas, no hay bosque, no hay bulla,
no hay…

Este es un desierto analfabeto.
Un lugar donde los poetas
han perdido su voz,
y en su lugar crecen
versos estériles sin compromiso,
llenos de calambures perfectos
y tonos grandilocuentes de estafa.
Esto es un desierto verde…
Lo demás está demás…




DESPOJADOS

El agua empuja, puja y se arrebuja 
y van naciendo más aguas a su lado. 
Nadie sabe del barro en mi alma.
Nadie sabe de este barro en el que estoy.
Hay ecos politiqueros en la esquina.
Y voces multiplicadas hasta el cansancio.
Explican y explican lo que ninguno entiende y es por eso que siguen explicando.

No expliquen nada.
Su explicación carece de lo que necesito, justo, ahora. 
O alguien sabe del adormecimiento que me produce 
ver sus explicaciones sin resultado. 
Barro, agua desbordada pariendo más agua 
en este interminable rio brotando del piso, del cielo, del aire, de mi alma. 
Del barro. 
Barro. Agua. Barro. Agua…
Agua pariendo más agua. Barro pariendo mas barro. 
El silencio de mis hijos a la orilla de esta olla flaca.
Barro en mis hijos, barro, barro…
Barro entre mis dedos. 
Barro entre mi alma.
Barro en mi olla negra más negra todavía por el barro.
Barro en mis perros sin color. En mi pocas ganas.
Barro. 
Lodo. Barro. 
Barro. Lodo. Agua. Más agua. 
En mi casa. En mi casita.
En lo poco que tengo, casi nada… en el barro.

Barro. Lodo. Agua. Más agua. Más barro.
Que Dios nos ayude…
No hay otro lugar desde donde espero salvataje
en este barro.

El rio empuja, puja y repuja.
Se arrebuja y va pariendo más agua. 
Tanta que no me acuerdo haber visto tanta junta. 
Sé que soy una rama más de ella. 
Un gajo perdido entre sus aguas.

Por eso no expliquen nada. Yo lo entiendo. 
Yo entiendo por qué es que sigo siendo 
ese pedazo de barro que el agua va pariendo.
Y entiendo…
Barro. Agua. Barro. Agua…
Nada que alguno entienda…
El agua, el barro, el lodo…
El agua brotando del agua…
Lo que soy, lo que creo… 
Y no lo entiendo.
Lo que nadie me explica.
El barro, el agua, el lodo, 
el agua y más agua y más agua,
fluyendo y fluyendo.
Y yo entre el barro, con más barro…
empujando, pujando y arrebujando.
Insistiendo e insistiendo.





NICOLAS GOMEZ: Chamical, La Rioja. 1972. Publicó los libros: “Haikurigami” (2010), “Permafrost” (2011) “Supernova” (2011) y “Urban Cross” (2013-2014). Estos cuatro últimos libros, publicaciones del autor, de propio sello independiente “Work it out cheraá”, “GeneraSion-es daylight” y “Zicómoro Ediciones”.


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